VIERNES 1º DE ENERO

Materiales interesantes para iluminar la Adoración Eucaristica personal o grupal del primer día del año 2016


En el siguiente link se puede acceder al
MENSAJE URBI ET ORBI DEL SANTO PADRE FRANCISCO



JUBILEO DE LA MISERICORDIA


Francisco, advierte como pastor y centinela que el camino y la puerta de la salvación no es el lujo, ni las grandes riquezas o el poder. Estas cosas no solamente nos distraen de lo verdaderamente bueno y lindo, sino que nos ponen desarmados en las manos crueles del mal. “El camino –dice- es la humildad”. Pero es una humildad bien concreta, aquella se sentir y conocer, experimentar en carne propia la enorme indigencia de la naturaleza humana, la pobreza real del ser humano, verdaderamente desvalido, desarmado, impotente frente al poder del mal, necesitado absolutamente de la misericordia de Dios Padre, que no envía la salvación en la carne de su Hijo que hizo un prófugo más, un indigente, un pobre sin techo, sin pan, sin abrigo, sin nada, necesitado de todo, abandonado, despreciado, para abrir con su propio cuerpo, alma y divinidad el camino de la humildad, de la misericordia, la puerta de la salvación.
“Yo quisiera que el Espíritu Santo abriera el corazón de todos y les hiciera entender que el camino de la salvación, no está en el lujo, no es el camino de las grandes riquezas, no es el camino del poder, es el camino de la humildad”…
…"Dios viene a salvarnos y no encuentra mejor manera para hacerlo que caminar con nosotros, hacer nuestra vida”…"si  tú quieres encontrar a Dios búscalo en la humildad, en la pobreza, es donde él está escondido, en los más necesitados, en los enfermos hambrientos, encarcelados".

“Nosotros hoy abrimos esta puerta y pedimos dos cosas. Primero que el Señor nos abra las puertas del corazón. Todos somos pecadores. Todos tenemos necesidad de sentir la palabra del Señor; que el Señor venga. Y segundo, que el Señor nos haga entender que el camino de la vanidad, de las riquezas, del orgullo no son caminos de salvación. Que el Señor nos haga entender que su caricia de Padre, su misericordia, su perdón viene cuando nosotros  nos acercamos a  aquellos que “sobran”, a los descartados de la sociedad…sería lindo que cada uno de nosotros, se sintiera descartado y sintiera la necesidad de la ayuda de Dios”.                                                                                  
FRANCISCO el 18 de diciembre de 2015 en Cáritas Roma.




JORNADA MUNDIAL DE LA PAZ  (1/1/2016)
''Vence la indiferencia y conquista la paz''


 "GLOBALIZACIÓN DE LA INDIFERENCIA", 
Nace de la indiferencia a Dios y se extiende a los demás seres humanos y a la creación. La persona –advirtó el Papa-, se siente autosuficiente y piensa que no debe nada a nadie, excepto a sí mismo y se atribuye solamente derechos y no deberes.

“La paz es don de Dios, pero confiado a todos los hombres y a todas las mujeres, llamados a llevarlo a la práctica”.

“No perdamos la esperanza de que el 2016 nos encuentre a todos firme y confiadamente comprometidos, en realizar la justicia y trabajar por la paz en los diversos ámbitos.“


SANTA MARÍA MADRE DE DIOS


1º DE ENERO SOLEMNIDAD DE SANTA MARÍA MADRE DE DIOS
La Solemnidad de Santa María Madre de Dios es la primer Fiesta Mariana que apareció en la Iglesia Occidental, su celebración se comenzó a dar en Roma hacia el siglo VI, probablemente junto con la dedicación –el 1º de enero– del templo “Santa María Antigua” en el Foro Romano, una de las primeras iglesias marianas de Roma.
La antigüedad de la celebración mariana se constata en las pinturas con el nombre de “María, Madre de Dios” (Theotókos) que han sido encontradas en las Catacumbas o antiquísimos subterráneos que están cavados debajo de la ciudad de Roma, donde se reunían los primeros cristianos para celebrar la Misa en tiempos de las persecuciones.
Más adelante, el rito romano celebraba el 1º de enero la octava de Navidad, conmemorando la circuncisión del Niño Jesús. Tras desaparecer la antigua fiesta mariana, en 1931, el Papa Pío XI, con ocasión del XV centenario del concilio de Éfeso (431), instituyó la Fiesta Mariana para el 11 de octubre, en recuerdo de este Concilio, en el que se proclamó solemnemente a Santa María como verdadera Madre de Cristo, que es verdadero Hijo de Dios; pero en la última reforma del calendario –luego del Concilio Vaticano II– se trasladó la fiesta al 1 de enero, con la máxima categoría litúrgica, de solemnidad, y con título de Santa María, Madre de Dios.
De esta manera, esta Fiesta Mariana encuentra un marco litúrgico más adecuado en el tiempo de la Navidad del Señor; y al mismo tiempo, todos los católicos empezamos el año pidiendo la protección de la Santísima Virgen María.
El Concilio de Éfeso
En el año de 431, el hereje Nestorio se atrevió a decir que María no era Madre de Dios, afirmando: “¿Entonces Dios tiene una madre? Pues entonces no condenemos la mitología griega, que les atribuye una madre a los dioses”. Ante ello, se reunieron los 200 obispos del mundo en Éfeso –la ciudad donde la Santísima Virgen pasó sus últimos años– e iluminados por el Espíritu Santo declararon: “La Virgen María sí es Madre de Dios porque su Hijo, Cristo, es Dios”. Y acompañados por todo el gentío de la ciudad que los rodeaba portando antorchas encendidas, hicieron una gran procesión cantando: "Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén".
Asimismo, San Cirilo de Alejandría resaltó: “Se dirá: ¿la Virgen es madre de la divinidad? A eso respondemos: el Verbo viviente, subsistente, fue engendrado por la misma substancia de Dios Padre, existe desde toda la eternidad... Pero en el tiempo él se hizo carne, por eso se puede decir que nació de mujer”.
Madre del Niño Dios
“He aquí la sierva del Señor, hágase en mí según tu palabra”
Es desde ese fiat, hágase que Santa María respondió firme y amorosamente al Plan de Dios; gracias a su entrega generosa Dios mismo se pudo encarnar para traernos la Reconciliación, que nos libra de las heridas del pecado.
La doncella de Nazareth, la llena de gracia, al asumir en su vientre al Niño Jesús, la Segunda Persona de la Trinidad, se convierte en la Madre de Dios, dando todo de sí para su Hijo; vemos pues que todo en ella apunta a su Hijo Jesús.
Es por ello, que María es modelo para todo cristiano que busca día a día alcanzar su santificación. En nuestra Madre Santa María encontramos la guía segura que nos introduce en la vida del Señor Jesús, ayudándonos a conformarnos con Él y poder decir como el Apóstol “vivo yo más no yo, es Cristo quien vive en mí”.
 TOMADO DE: https://www.aciprensa.com/recursos/solemnidad-de-santa-maria-madre-de-dios-1904/



SOLEMNIDAD DE SANTAMARÍA, MADRE DE DIOS
XLIX JORNADA MUNDIAL DE LA PAZ
PAPA FRANCISCO
ÁNGELUS
Plaza de San Pedro
Viernes 1 de enero de 2016

TOMADO DE http://w2.vatican.va/content/francesco/es/angelus/2016/documents/papa-francesco_angelus_20160101.html

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días y feliz año!
Al inicio del año es bonito intercambiarse las felicitaciones. Renovamos así, unos a otros, el deseo que aquello que nos espera sea un poco mejor. Es en fondo, un signo de la esperanza que nos anima y nos invita a creer en la vida. Pero sabemos que con el año nuevo no cambiará todo, y que muchos problemas de ayer permanecerán también mañana. Entonces quisiera dirigir un deseo sostenido de una esperanza real, que traigo de la Liturgia de hoy.
Son las palabras con las cuales el Señor mismo pide bendecir a su pueblo: «El Señor ilumine su rostro sobre ti […]. El Señor te muestre su rostro» (Nm 6, 25-26). También yo os deseo esto: que el Señor ponga su mirada sobre vosotros y podáis alegraros, sabiendo que cada día su rostro misericordioso, más brillante que el sol, resplandece sobre vosotros y ¡no se oculta nunca! Descubrir el rostro de Dios hace nueva la vida. Porque es un Padre enamorado del hombre, que no se cansa nunca de recomenzar desde el principio con nosotros para renovarnos. ¡El Señor tiene una paciencia con nosotros! No se cansa nunca de recomenzar desde el inicio cada vez que nosotros caemos. Pero el Señor no promete cambios mágicos, Él no usa la varita mágica. Ama cambiar la realidad desde dentro, con paciencia y amor; pide entrar en nuestra vida con delicadeza, como la lluvia en la tierra, para después dar fruto. Y siempre nos espera y nos mira con ternura. Cada mañana, al despertar, podemos decir: «Hoy el Señor hace resplandecer su rostro sobre mí». Hermosa oración que es una realidad.
La bendición bíblica continúa así: «[El Señor] te conceda paz» (v. 26). Hoy celebramos la Jornada mundial de la paz, que tiene por tema: «Vence la indiferencia y conquista la paz». La paz, que Dios Padre desea sembrar en el mundo, debe ser cultivada por nosotros. No sólo, debe ser también «conquistada». Esto implica una auténtica lucha, una lucha espiritual que tiene lugar en nuestro corazón. Porque no sólo la guerra es enemiga de la paz sino también la indiferencia, que hace pensar sólo a sí mismos para crear barreras, sospechas, miedos y cerrazones. Estas cosas son enemigas de la paz. Tenemos, gracias a Dios, muchas informaciones; pero a veces estamos tan inundados de noticias que nos distraemos de la realidad, del hermano y de la hermana que necesitan de nosotros. Comencemos en este año a abrir el corazón, despertando la atención hacia el prójimo, a quien está más cerca. Este es el camino para la conquista de la paz.
Nos ayude en esto la Reina de la Paz, la Madre de Dios, de quien hoy celebramos la solemnidad. Ella «conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón» (Lc 2, 19). Las esperanzas y las preocupaciones, la gratuidad y los problemas: todo eso que sucedía en la vida se transformaba, en el corazón de María, en oración, diálogo con Dios. Y ella también lo hace así con nosotros: guarda las alegrías y desata los nudos de nuestra vida, llevándolos al Señor.
Encomendemos a la Madre el nuevo año, para que crezcan la paz y la misericordia.



NAVIDAD Y ADORACIÓN EUCARÍSTICA



SUGERENCIA PARA LA ORACIÓN PERSONAL O GRUPAL EN LA HORA SANTA

LECTURAS BÍBLICAS

Is 7, 14 - 17
Pues bien, el Señor mismo va a daros una señal: He aquí que una doncella está encinta y va a dar a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel. Cuajada y miel comerá hasta que sepa rehusar lo malo y elegir lo bueno. Porque antes que sepa el niño rehusar lo malo y elegir lo bueno, será abandonado el territorio cuyos dos reyes te dan miedo.

Yahveh atraerá sobre ti y sobre tu pueblo y sobre la casa de tu Padre, días cuales no los hubo desde aquel en que se apartó Efraím de Judá.

Salmo 24 (23)
De Yahveh es la tierra y cuanto hay en ella,  el orbe y los que en él habitan;
que Él lo fundó sobre los mares,  Él lo asentó sobre los ríos.
¿Quién subirá al monte de Yahveh?,  ¿quién podrá estar en su recinto santo?
El de manos limpias y puro corazón,  el que a la vanidad no lleva su alma, ni con engaño jura.
El logrará la bendición de Yahveh,  la justicia del Dios de su salvación.
Tal es la raza de los que le buscan,  los que van tras tu rostro, oh Dios de Jacob.
¡Puertas, levantad vuestros dinteles,  alzaos, portones antiguos, para que entre el rey de la gloria! 
¿Quién es ese rey de gloria?  Yahveh, el fuerte, el valiente, Yahveh, valiente en la batalla.
¡Puertas, levantad vuestros dinteles, alzaos, portones antiguos, para que entre el rey de la gloria!
 ¿Quién es ese rey de gloria?  Yahveh Sebaot, Él es el rey de gloria.

Evangelio. Jn 1, 1 – 18
En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios.
Ella estaba en el principio con Dios.
Todo se hizo por ella y sin ella no se hizo nada de cuanto existe.
En ella estaba la vida y la vida era la luz de los hombres,
y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron.
Hubo un hombre, enviado por Dios: se llamaba Juan.
Este vino para un testimonio, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por él.
No era él la luz, sino quien debía dar testimonio de la luz.
La Palabra era la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo.
En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por ella, y el mundo no la conoció.
Vino a su casa, y los suyos no la recibieron.
Pero a todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios, a los que creen en su  nombre;
la cual no nació de sangre, ni de deseo de hombre, sino que nació de Dios.
Y la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros,
Y hemos contemplado su gloria, gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad.
Juan da testimonio de él y clama: «Este era del que yo dije: El que viene detrás de mí
se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo.»
Pues de su plenitud hemos recibido todos, y gracia por gracia.
Porque la Ley fue dada por medio de Moisés; la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo.
A Dios nadie le ha visto jamás: el Hijo único, que está en el seno del Padre, él lo ha contado.

MEDITACIONES 

La Virgen sabía que ya estaba próximo el nacimiento de Jesús, y sin embargo emprendió con alegría el viaje a Belén para empadronarse como lo indicaba el edicto de César Augusto. Su pensamiento estaba puesto en el Hijo que le iba a nacer en el pueblo de David. Llegaron a Belén agotados. No hubo para ellos lugar en la posada, dice San Lucas (2, 7) con frase escueta. No dejaron entrar a Cristo. Le cerraron las puertas. María siente pena por José, y por aquellas gentes. ¡Qué frío es el mundo para con su Dios! En alguna de aquellas cuevas, que hacían de establo a las afueras del pueblo, sucedió el acontecimiento más grande de la humanidad, con la más absoluta sencillez: Y sucedió que estando allí se le cumplió la hora del parto (Lucas 2, 6). Jesús recién nacido, no habla; pero es la Palabra eterna del Padre. Se ha dicho que el Pesebre es una cátedra. Nace pobre, sin ostentación alguna, y nos anima a ser humildes. Hacemos un propósito de desprendimiento y de humildad.

II. 
Jesús, María y José estaban solos. Pero Dios buscó para acompañarles a gente sencilla, unos pastores, quizá porque, como eran humildes, no se asustarían al encontrar al Mesías en una cueva, envuelto en pañales. Esa noche bendita, los pastores son los primeros y únicos en conocer el nacimiento del Salvador. Dios quiso que estos pastores fueran los primeros mensajeros; ellos irán contando lo que han visto y oído (Lucas 2, 18) Igualmente a nosotros el Señor se nos revela en medio de la normalidad de nuestros días; y también son necesarias las mismas disposiciones de humildad y sencillez para llegar a Él. Hemos de estar dispuestos para descubrir a Jesús en la sencillez de lo ordinario. Los pastores se ponen en camino con regalos para Jesús: le llevaría lo que tenían a su alcance. Nosotros tampoco podemos ir a la gruta de Belén sin nuestro regalo. Lo que más agradecería la Virgen es un alma más entregada y más limpia, más alegre porque es consciente de su filiación divina, y mejor dispuesta a través de una Confesión más contrita.

III. 
Cantamos con júbilo en esta Navidad porque el amor está con nosotros hasta el fin de los tiempos. Cuando nos acerquemos a besar al Niño, agradezcamos a Dios su deseo de abajarse hasta nosotros para hacerse entender y querer, y decidamos hacernos también niños, para poder así entrar un día en el Reino de los Cielos. Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, San José nuestro Padre y Señor, intercedan por nosotros.


MOMENTOS VIVIDOS DURANTE LA ADORACIÓN CONTÍNUA
DEL VIERNES 1º DE ENERO DEL 2016