VIERNES 7 DE OCTUBRE

Oremos "Para que los cristianos, participando en los sacramentos y meditando la Sagrada Escritura, lleguen a ser siempre más conscientes de su misión evangelizadora" 
propone el Papa Francisco en su intención misionera. 

Señor, 

lánzanos 
a la aventura de la misericordia. 

Lánzanos a la aventura de construir puentes y derribar muros (cercos y alambradas), 

lánzanos a la aventura de socorrer al pobre, al que se siente solo y abandonado, al que ya no le encuentra sentido a su vida. Lánzanos a acompañar a aquellos que no te conocen y a decirles lentamente y con mucho respeto tu Nombre, el porqué de mi fe. 

Impúlsanos a la escucha de quienes no comprendemos, de los que vienen de otras culturas, otros pueblos, incluso de aquellos a los que tememos, porque creemos que pueden hacernos daño.

Papa Francisco


EL ROSARIO

La Iglesia recibió el rosario en el año 1214 de una forma milagrosa cuando Nuestra Señora se le apareció a Santo Domingo de Guzmán y le entregó el rosario como un arma poderosa para la conversión. Desde entonces su devoción se propagó rápidamente alrededor del mundo con increíbles y milagrosos resultados. 

La Inmaculada apareció con tres ángeles y le pidió a Santo Domingo: “Querido Domingo, ¿sabes qué arma quiere usar la Santísima Trinidad para reformar el mundo?…el Salterio,(el Libro de los Salmos) que es la piedra fundamental del Nuevo Testamento. Por lo tanto, si quieres llegar a estas almas endurecidas y ganarlos para Dios, predica mi salterio”.

EL ROSARIO MISIONERO

El Rosario misionero es una oración mariana universal. En cada uno de los misterios, representados por un color, se pone como intención a uno de los cinco continentes. Fue ideado por Mons. Fulton Sheen, arzobispo norteamericano, a mediados del siglo XX. Su Santidad el Papa Juan XXIII lo rezaba todos los días dedicando una decena a cada continente:  “Como papa debo orar por la humanidad entera y lo hago al rezar el Santo Rosario Misionero: la primera decena por África, la segunda por América, la tercera por Europa, la cuarta por Oceanía y la quinta por Asia”
AFRICA
  • En el primer misterio, vamos a recordar al continente Africano con sus más de 500 millones de habitantes, a fin de que su profundo sentimiento religioso le facilite asumir la plenitud de la revelación de Cristo. 
AMÉRICA
  • Recordamos especialmente

    en el segundo misterio, a nuestro continente Americano, el "continente de la esperanza", donde se registra el más alto porcentaje de católicos, pero que sufre por la escasez de sacerdotes. 
EUROPA
  • Ofrecemos este tercer misterio por Europ

    a, para que retorne a las fuentes de su fe que se ha enfriado con el correr de los siglos, y al dinamismo misionero
ASIA
  • Recemos el quinto misterio por Asia, para que la Virgen María vuelva sus ojos al continente más poblado del mundo, donde los católicos constituyen tan solo el 2% de la población y la Iglesia 
OCEANÍA
  • Ofrecemos este cuarto misterio por el universo de islas que se llama Oceanía, a fin de que sus numerosas razas puedan ser iluminadas y guiadas a la luz del Evangelio.


SAN FRANCISCO Y LA EUCARISTÍA
En Francisco, el amor a Cristo se expresó de modo especial en la adoración del Santísimo Sacramento de la Eucaristía. En las Fuentes franciscanas se leen expresiones conmovedoras, como esta: 

"¡Tiemble el hombre todo entero, estremézcase el mundo todo y exulte el cielo cuando Cristo, el Hijo de Dios vivo, se encuentra sobre el altar en manos del sacerdote! ¡... ¡Oh sublime humildad, oh humilde sublimidad: que el Señor del mundo universo, Dios e Hijo de Dios, se humilla hasta el punto de esconderse, para nuestra salvación, bajo una pequeña forma de pan!" (Francisco de Asís, Escritos, Editrici Francescane, Padua 2002, p. 401).”

Así, pues: Hijos de los hombres, ¿hasta cuándo seréis de pesado corazón? (Sal 4,3). ¿Por qué no reconocéis la verdad y creéis en el Hijo de Dios? (cf. Jn 9,35). Ved que diariamente se humilla (cf. Fil 2,8), como cuando desde el trono real (Sab 18,15) vino al útero de la Virgen; diariamente viene a nosotros él mismo apareciendo humilde; diariamente desciende del seno del Padre (cf. Jn 1,18) sobre el altar en las manos del sacerdote. Y como se mostró a los santos apóstoles en carne verdadera, así también ahora se nos muestra a nosotros en el pan sagrado. Y como ellos, con la mirada de su carne, sólo veían la carne de él, pero, contemplándolo con ojos espirituales, creían que él era Dios, así también nosotros, viendo el pan y el vino con los ojos corporales, veamos y creamos firmemente que es su santísimo cuerpo y sangre vivo y verdadero.

Francisco de Asís “sabía que el centro de la Iglesia es la Eucaristía, donde el Cuerpo de Cristo y su Sangre se hacen presentes. A través del Sacerdocio, la Eucaristía es la Iglesia. Donde sacerdocio y Cristo y comunión de la Iglesia van juntos, sólo aquí habita también la Palabra de Dios.” 

Que la Adoración Eucarística despierte en nosotros la piedad y el fervor de San Francisco, para
ser testigos de Dios Misericordia ante nuestros hermanos como lo fue el "pobrecito" de Asis. 
Oremos también por nuestros sacerdotes y nuestra comunidad.


NUESTROS ANCIANOS

Señor, tu que estás realmente presente en la Eucaristía, "haznos volver el rostro, como María de Nazareth a Isabel, que volvamos nuestras miradas a nuestros ancianos, a nuestros abuelos, para aprender de su sabiduría” Papa Francisco

"Los abuelos, tienen una capacidad especial para comprender las situaciones más difíciles: ¡una gran capacidad! Y cuando rezan por estas situaciones, su oración es más fuerte ¡es poderosa!"(Encuentro con los ancianos, Ciudad del Vaticano, 23/09/2014)
"Que bello es el aliento que el anciano logra transmitir al joven en busca del sentido de la fe y de la vida! Es verdaderamente la misión de los abuelos, la vocación de los ancianos. Las palabras de los abuelos tienen algo de especial para los jóvenes. Y ellos lo saben. Las palabras que mi abuela me dio por escrito el día de mi ordenación sacerdotal, las llevo todavía conmigo, siempre en el breviario, y las leo a menudo, y me hacen bien" (Catequesis audiencia general, Ciudad del Vaticano, 11/03/2015)