VIERNES 6 DE ENERO

LA MANIFESTACIÓN DEL SEÑ0R (Epifanía)

“Inclinándose le adoraron” (Mt 2,11)
Llamados a continuar, delante del santísimo Sacramento, la adoración de los magos en la gruta de Belén, debemos hacer nuestros los pensamientos y el amor que los condujo y sostuvo en la fe. Ellos comenzaron en Belén lo que nosotros continuamos haciendo al pie de la Hostia santa... La adoración de los magos fue un homenaje de fe y un tributo de amor al Verbo encarnado: tal debe ser nuestra adoración eucarística.

El silencio del mundo…: he aquí la gran prueba a que se halla sometida la fe en la Eucaristía.
Como hombres sabios y prudentes, los reyes viajeros se dirigen derechamente a la capital de Judea, esperando encontrar alborozada toda la ciudad de Jerusalén, al pueblo, animado y contento, festejando tan feliz acontecimiento, y por todas partes señales inequívocas de satisfacción y de la más viva alegría; pero…¡qué sorpresa tan dolorosa! Jerusalén se halla en silencio y nada se advierte allí que revele la gran maravilla.

La humillación del niño-Dios en Belén. 
Ellos también esperaban encontrar, todos los esplendores del cielo y de la tierra alrededor de la cuna del recién nacido. Su imaginación les había hecho ver de antemano estas grandezas. Habían oído en Jerusalén las glorias predichas por Isaías acerca de Él…, andando el camino, se decían: “¿Quién hay semejante a este rey?” 

Pero, ¡oh sorpresa!, ¡qué decepción y qué escándalo! van al establo, y ¿qué ven allí? Un pobre niño con su joven madre: el niño estaba acostado sobre la paja como el más pobre entre todos los pobres, reposa en medio de los animales…


Tomado de "La Epifanía y la Eucaristía"  San Pedro Julian Eimard

CONTEMPLEMOS ESTE SIGNO: 
LA SENCILLEZ FRÁGIL DE UN NIÑO RECIÉN NACIDO

Dejémonos interpelar por el Niño en el pesebre, pero dejémonos interpelar también por los niños que, hoy, no están recostados en una cuna ni acariciados por el afecto de una madre ni de un padre, sino que yacen en los escuálidos «pesebres donde se devora su dignidad»: en el refugio subterráneo para escapar de los bombardeos, sobre las aceras de una gran ciudad, en el fondo de una barcaza repleta de emigrantes. Dejémonos interpelar por los niños a los que no se les deja nacer, por los que lloran porque nadie les sacia su hambre, por los que no tienen en sus manos juguetes, sino armas.

A pesar de nuestras tinieblas, la luz de Dios resplandece. Su luz suave no da miedo; Dios, enamorado de nosotros, nos atrae con su ternura, naciendo pobre y frágil en medio de nosotros, como uno más. Nace en Belén, que significa «casa del pan». Parece que nos quiere decir que nace como pan para nosotros; viene a la vida para darnos su vida; viene a nuestro mundo para traernos su amor. No viene a devorar y a mandar, sino a nutrir y servir. De este modo hay una línea directa que une el pesebre y la cruz, donde Jesús será pan partido: es la línea directa del amor que se da y nos salva, que da luz a nuestra vida, paz a nuestros corazones.

Extracto de la homilía del Papa Francisco en la misa de Navidad 2016




MARÍA RECUESTA A JESÚS EN UN PESEBRE.

…“María recuesta a su hijo en el pesebre, donde pastan los animales y comen un heno transitorio que alimenta también la vida de la carne  mortal y transitoria. Y María lo recuesta allí porque no ha habido lugar para Él bajo los techos de los habitantes de Belén que representan de alguna manera a este mundo, la “casa del pan” donde los hombres viven  preocupados por el pan perecedero y no levantan los ojos hacia el pan celestial de la vida eterna.”

…“Al ponerlo en el pesebre  María lo muestra  y al mostrarlo lo expone. Lo expone en el doble sentido de la palabra, lo muestra pero también lo arriesga, lo expone. Arriesgándolo, lo ofrece, lo entrega. Lo entrega en la cruz como el Padre lo entregó, a la vez que lo contempla  y  lo adora. Ella es el testigo único y privilegiado  del misterio de la concepción virginal  y guarda estas cosas en su corazón en donde podemos ir a aprenderlo como en la escuela del conocimiento de Cristo. 

Oh Madre!, danos la gracia de tener parte en esta mirada tuya 
sobre este niño nacido en tus entrañas,  
de conocerlo como tú lo conoces,  
y de participarnos algo de este tesoro que guarda tu corazón. 
Reclina tu misterio en el pesebre de nuestros corazones 
llenos de pasto seco, de forraje, de cosas transitorias, 
destinadas a ser devoradas por las bestias útiles y de la utilidad. 
Qué nuestras comuniones eucarísticas. 
pongan ante ti el pesebre de nuestros corazones, 
para que tú nos consagres con la carne de tu hijo, 
y esa carne sacie el hambre más profunda 
de nuestro ser espiritual, de nuestra alma. 
Ahora te contemplamos mientras tú lo contemplas 
y queremos tomarte como madre y maestra de contemplación de tu hijo. 
En el silencio de esta noche, que es la noche de la Navidad 
pero la noche del mundo sin la luz de Dios, 
en el silencio del Padre, también tu corazón contempla 
en silencio y en paz  a ese hijo del prodigio y del milagro. 
Mira a tu Hijo, enséñanos a verlo ahora. 
Él recibe tu mirada  y la busca. 
Un día desde la Cruz,  hecho Señor, 
maestro de tu Corazón  y de tu mirada, 
volverá a repetir ese gesto, te mirará y te invitará  a mirarlo a Él 
en sus discípulos, y te enseñará a vernos en Él. 

Extracto de la transcripción de la “Sexta contemplación del misterio de Jesús a quien su madre recuesta en el pesebre”. 2016. Padre H. Bojorge. Camino a Roma. Radio María.



MENSAJE DEL PAPA FRANCISCO PARA LA JORNADA MUNDIAL DE LA PAZ  del 1° de enero del 2017  "LA NO VIOLENCIA ACTIVA: ESTILO DE UNA POLÍTICA PARA LA PAZ"


Más fuerte que la violencia
Cuando la Madre Teresa recibió el premio Nobel de la Paz, en 1979, declaró claramente su mensaje de la no violencia activa: «En nuestras familias no tenemos necesidad de bombas y armas, de destruir para traer la paz, sino de vivir unidos, amándonos unos a otros […]. Y entonces seremos capaces de superar todo el mal que hay en el mundo». Porque la fuerza de las armas es engañosa. «Mientras los traficantes de armas hacen su trabajo, hay pobres constructores de paz que dan la vida sólo por ayudar a una persona, a otra, a otra»; para estos constructores de la paz, Madre Teresa es «un símbolo, un icono de nuestros tiempos».…Se ha inclinado sobre las personas desfallecidas, que mueren abandonadas al borde de las calles, reconociendo la dignidad que Dios les había dado; ha hecho sentir su voz a los poderosos de la tierra, para que reconocieran sus culpas ante los crímenes —¡ante los crímenes!— de la pobreza creada por ellos mismos»

La raíz doméstica de una política no violenta
Si el origen del que brota la violencia está en el corazón de los hombres, entonces es fundamental recorrer el sendero de la no violencia en primer lugar en el seno de la familia.
…La familia es el espacio indispensable en el que los cónyuges, padres e hijos, hermanos y hermanas aprenden a comunicarse y a cuidarse unos a otros de modo desinteresado, y donde los desacuerdos o incluso los conflictos deben ser superados no con la fuerza, sino con el diálogo, el respeto, la búsqueda del bien del otro, la misericordia y el perdón.
Desde el seno de la familia, la alegría se propaga al mundo y se irradia a toda la sociedad. Por otra parte, una ética de fraternidad y de coexistencia pacífica entre las personas y entre los pueblos no puede basarse sobre la lógica del miedo, de la violencia y de la cerrazón, sino sobre la responsabilidad, el respeto y el diálogo sincero.

Mi llamamiento
La construcción de la paz mediante la no violencia activa es un elemento necesario y coherente del continuo esfuerzo de la Iglesia para limitar el uso de la fuerza por medio de las normas morales,... Jesús mismo nos ofrece un «manual» de esta estrategia de construcción de la paz en el así llamado Discurso de la montaña.
Las ocho bienaventuranzas (cf. Mt 5,3-10) trazan el perfil de la persona que podemos definir bienaventurada, buena y auténtica. Bienaventurados los mansos —dice Jesús—, los misericordiosos, los que trabajan por la paz, y los puros de corazón, los que tienen hambre y sed de la justicia.
Esto es también un programa y un desafío para los líderes políticos y religiosos, para los responsables de las instituciones internacionales las empresas y de los medios de comunicación: aplicar las bienaventuranzas en el desempeño de sus propias responsabilidades.

MENSAJE DE NAVIDAD DE MONS. ARTURO FAJARDO
Es Navidad: JESÚS NOS UNE Y NOS HACE FAMILIA



En estos días todos nos esforzamos en ser un poco mejores, de compartir algo de lo que somos y tenemos.
Celebramos la ternura de nuestro Dios, que es el Emanuel, “Dios con Nosotros”.
En una sociedad que se muestra fragmentada y muchas veces dividida, que sufre violencia en las familias, en el deporte, en la calle y en muchas otras realidades diarias. En medio de esas fracturas y dificultades, el Señor es nuestra paz que nos llena de esperanza.
Proponía tres palabras para vivir la Navidad: Pesebre, Palabra y Perdón:
El Pesebre nos recuerda que Jesús nace en la pobreza y que ilumina toda realidad por más dolorosa que sea. Es Él que hace de todas nuestras “noches” Nochebuena.
La Palabra que es Cristo, “Palabra hecha carne”, la Sagrada Escritura siempre nos consuela, fortalece y anima.
El Perdón vivido y celebrado en cada familia, en cada comunidad y con Dios en el Sacramento de la Reconciliación. Perdonar nos anima a rehacer lazos y comenzar de nuevo, buscando más lo que nos une que lo que nos separa.
En este año, como Diócesis de San José de Mayo, iglesia que peregrina en los departamentos de San José y Flores los animo a dar un nuevo impulso al Proyecto de la MISIÓN DIOCESANA que se ha inspirado en la experiencia de las Santas Misiones Populares y que hemos denominado “Iglesia en Salida. Mi vida es Misión”.
Al mismo tiempo los invito a un tiempo de discernimiento para repensar las estructuras diocesanas de acuerdo a este tiempo y a los nuevos desafíos a los que estamos llamados.
Es Navidad, viene Jesús, ya nada es igual.
Es Navidad, Dios nos hace familia.
Con mi saludo y mi bendición,
+Arturo Fajardo Bustamante
Obispo de San José de Mayo
URUGUAY