BREVE HISTORIA DE LA CAPILLA DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO DE LA BASÍLICA CATEDRAL DE SAN JOSÉ DE MAYO

BREVE HISTORIA DE LA CAPILLA DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO DE LA CATEDRAL DE SAN JOSÉ DE MAYO 
Por Andrés Paredes

La Iglesia de San José, que se comenzó a construir en 1858, es obra del maestro catalán Antonio Fontgibel quién el 14 de agosto de 1874 entregó terminada esta joya. El 24 de marzo de 1875 fue bendecida con gran alegría para todos.

LA DONACIÓN DE LA CAPILLA DEL SACRAMENTO Y DE SU ALTAR

En 1896, se inaugura la Capilla del Santísimo Sacramento, la que para el momento significó una pieza única en el Uruguay. Esta magnífica obra pudo llevarse adelante gracias a Mercedes Rodríguez, ciudadana josefina, la hija menor del Coronel Rafael Rodríguez y Lauriana Larriera, en memoria de éstos realiza esta donación, como lo indica la losa a la derecha de la Capilla.

El altar de la Capilla, donde hasta el día de hoy se reserva el Santísimo Sacramento, es una donación de una larga lista de gente, encabezada por Mons. Jacinto Vera, lo que nos dice que la colecta para la adquisición de este altar, fue de muchos años. Siguen en la lista Mons. Soler, y los Obispos auxiliares, el párroco P. Betancur, el P. Madruga, el P. Francisco de Paula Cabrera y el P. Francisco Castelló, estos tres, anteriores párrocos de San José. Entre los ciudadanos de San José que participan de la donación, encontramos varias veces el apellido Larriera, Cabrera, Freire, Macció, Chacón, Sienra, Amilivia, Mallada, Dela Hanty y un gran etc. Muchos de estos apellidos son históricos de nuestra ciudad, además de que varias de esas personas nombradas son personajes relevantes en nuestra historia. Nunca se llevó a cabo, pero estuvo en planes poner dos lozas a los lados del altar con la lista de donantes.

EL ALTAR Y LAS PINTURAS EN EMBELLECEN LA CAPILLA

El monumental altar, viene de un acreditado taller de Lavagno, Provincia de Génova, hecho por los señores Repetto. Su costo puesto en la aduana de Montevideo fue de $1.600, se dice que fue barato, ya que por el mismo trabajo, un artista de Nápoles pidió $4.000. El altar cuenta con diecinueve tipos de finos mármoles, excelentemente combinados.

La Capilla también cuenta con dieciséis lienzos de un famoso pintor de la época, Martino Perlasca (1860-1899). Este artista suizo se radicó en el Río de la Plata y pintó también la Iglesia de San Antonio en Montevideo, la Glorificación de Verdi en el frente del escenario del Teatro Verdi, decoró el Club Uruguay y el Club Católico. Los lienzos de nuestra Capilla representan en la cúpula los doce apóstoles, y en el cuerpo inferior de la Capilla cuatro ángeles portando los instrumentos de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo.

Ambas obras de arte, altar y lienzos, fueron lo más llamativo para los medios de prensa departamentales y montevideanos, que cubrieron el gran evento de la bendición e inauguración de la Capilla.

LA CARTA PASTORAL DE MONS. MARIANO SOLER



Mons. Mariano Soler, Obispo de Montevideo, en ese momento todavía Obispo de todo el Uruguay, escribe una Carta Pastoral con fecha 30 de mayo de 1896, con motivo de la inauguración de la nueva Capilla. Allí expresa:

Desde tiempos atrás profesamos especiales simpatías a la ciudad josefina por su reconocida cultura y religiosidad, y por ser fama que su majestuoso templo, después de la Catedral, era el mejor de la república; añadiéndose a esto el que posea la mejor Capilla particular, como los es la de Hortus Conclusus, que tuvimos la satisfacción de bendecir solemnemente.

Pero he aquí que se nos ofrece un nuevo motivo para acrecer, si cabe, esas simpatías. En efecto: hemos sabido que hacéis grandes preparativos para solemnizar con toda pompa y esplendor la inauguración de la hermosa Capilla del Sacramento, hecha construir por una virtuosa hija de esta culta y católica ciudad; y por ello os aplaudimos...

El P. Norberto Betancur manda imprimir 5.000 ejemplares de la carta del Obispo y la presenta con una breve carta a sus feligreses, en la que pone:

[…] Yo recojo esa preciosa carta con el más legítimo orgullo y con todo el ardiente entusiasmo de mi corazón, y la pongo en manos de los católicos de este pueblo, para que sea ella el memorial permanente de nuestra gratitud al digno Prelado y Pastor de la Diócesis que tan altamente nos honra, á la vez que un recuerdo imperecedero de este día, para nosotros tan memorable, en que inauguramos la Capilla del Sacramento, propia y elegante morada que la piedad de un corazón cristiano ha levantado, y que todos ofrecemos al Rey de los cielos, oculto por nuestro amor bajo los velos de la Eucaristía…

LAS FIESTAS DE BENDICIÓN E INAUGURACIÓN (5 al 7 de junio de 1896)

  • La llegada del Obispo.

San José por esos años era un pueblo famoso por su catolicidad. El viernes 5 de junio de 1896, a las 15 horas, llegó el Obispo a la estación del tren junto a los sacerdotes que lo acompañaban. La estación estaba llena de gente, lo mismo que la calle Colón, por donde se trasladaría. Al bajar del tren, fue recibido por el Párroco, el Jefe Político de San José, José Bove, Carlos Tezanos, el Oficial Primero Ramón Tabares y otras personalidades de la ciudad. Para dirigirse hacia la Iglesia parroquial el Obispo se ubicó en el primer vehículo junto al Jefe Político, ocupando el segundo coche el Párroco, y el resto de la comitiva en los coches siguientes. Congregaciones religiosas y fieles llenaban la calle, el desfile fue imponente, la gente vestida de gala, las campanas de la Iglesia parroquial y de la Capilla del huerto, y la multitud de cohetes llenaba el aire, daban vida y agitaban a la inmensa muchedumbre. La banda de los soldados, formados y vestidos con toda gala, al desfilar, con su música atraía a todos. Al llegar al templo el acompañamiento había engrosado sus filas. Las tres naves de la Iglesia estaban repletas y el Santísimo estaba en exposición, por lo que el Prelado ingresó por el atrio lateral. El Obispo dio la bendición y la gente se dispersó para volver a reencontrarse por la noche.
En la noche del viernes, tercera noche de un triduo de preparación para estas fiestas, Mons. Soler dirigió la palabra al pueblo.

  • La Bendición de la Capilla

El sábado 6 de junio fue el día de la Solemne Bendición de la Capilla del Sacramento. A las 15 horas se realizó la ceremonia con gran concurrencia. La bendijo Mons. Soler. Sus padrinos fueron el Párroco de San José, Pbro. Norberto Betancur y la Sra. Natividad Larriera de Herrera.

Dentro del templo los soldados se encontraban ordenados a lo ancho de la nave. El Obispo pasó en procesión por en medio de ellos. Duró largo rato la ceremonia mientras se cantaban las letanías de los santos. Luego el Obispo dio vueltas por la capilla rociando todo con el agua bendita. Terminado esto, por en medio de la tropa arrodillada, pasó el Obispo y demás asistentes con el Santísimo Sacramento para reservarlo en la nueva Capilla, la banda tocaba una marcha triunfal, mientras una docena de niñas vestidas de ángeles dejaban caer en el suelo flores preparando el camino por donde pasaría el Santísimo. El traslado del Santísimo Sacramento se hizo desde su antiguo altar a la nueva Capilla. Luego del traslado el Rv. P. Giamprieto, desde el púlpito, predicó un sermón sobre la influencia de la Eucaristía en la vida del cristiano. El Obispo terminó la ceremonia impartiendo la bendición con el Santísimo Sacramento. Ya había caído la noche.

  • La Misa del Domingo

Si la gente había sido numerosa en la bendición, parece que la Misa Pontifical del domingo 7 de junio fue más grandiosa y la ciudad realmente estaba en una desbordante fiesta. Desde temprano se veía llegar a la ciudad carruajes con familias que venían de campaña a participar en la Santa Misa. El Obispo Soler, presidió la misa a las 10 horas. Estaba acompañado de todo el clero de San José y numerosos sacerdotes de Montevideo.

El panegírico de la ceremonia estuvo a cargo del Rv. P. Julián Requena s.j, según testimonios, con la brillantez y elocuencia que lo caracterizó cada vez que hablaba en público. Ese día realizó un notable sermón sobre la Eucaristía, que concluyó pidiendo una bendición para el Obispo, las autoridades eclesiásticas, civiles y la piadosa señorita Mercedes Rodríguez, principal donante para la construcción y decoración de la Capilla.

El organista fue el Sr. Olano, organista de San José, y el canto estuvo a cargo de un coro de Señoras y Señoritas de la ciudad. Su interpretación fue sobresaliente. A la noche, el Obispo predicó un sermón sobre la Eucaristía y al final se cantó el himno de acción de gracias, Te Deum, y dio el Prelado la bendición con el Santísimo.


FUENTES:

  • Archivo Catedral San José.
  • Archivo Curia Eclesiástica de Montevideo.
  • Museo Departamental de San José
  • Biblioteca Departamental de San José

PRENSA:

  • El Pueblo. 1895 – 1896.
  • El Bien Público. 1896.
  • La Semana Religiosa. 1895 – 1896.

BIBLIOGRAFÍA:

  • Ramela, Daniel. Repique Secular. Ed. Los Principios. San José, 1975.
  • Larriera, Basilio José. La familia Larriera. De San Martín de Riñao a San José de Mayo. Cuatro siglos de historia. Tomo I.

WEB: