ADORACIÓN PRIMER VIERNES DE MAYO

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LAUDES – SAN JOSÉ OBRERO

HIMNO
A ti, José, patriarca y artesano,
 que habitas pobre y escondida casa,
con voz alegre y corazón humilde
nuestra voz canta.

De regia estirpe, en posición modesta,
sufres paciente, resignado callas,
mientras sustentas, con trabajo duro,
dos vidas santas.

Fiel artesano y ejemplar modelo,
das a los hombres pruebas bien preclaras
de honra al trabajo, y de hacer la vida
santificada.

Sé compasivo con tus fieles siervos,
refrena torpes, sórdidas ganancias;
que crezca Cristo místico en los ámbitos
de toda patria.

Dios uno y trino, que eres a la vez
Padre de todos y de todos alma,
haz que imitemos de José la vida
y muerte santa. Amén.

SALMODIA

Ant. 1: Lava del todo mi delito, 
Señor, limpia mi
pecado. Aleluya.
   
Salmo 50

Misericordia, Dios mío, por tu bondad;
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.

Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces.

En la sentencia tendrás razón,
en el juicio brillará tu rectitud.
Mira, que en la culpa nací,
pecador me concibió mi madre.

Te gusta un corazón sincero,
 y en mi interior me inculcas sabiduría.
 Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;
lávame: quedaré más blanco que la nieve.

Hazme oír el gozo y la alegría,
que se alegren los huesos quebrantados.
Aparta de mi pecado tu vista,
borra en mí toda culpa.

¡Oh Dios!, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.

Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti.

Líbrame de la sangre, ¡oh Dios,
Dios, Salvador mío!,
y cantará mi lengua tu justicia.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.

Los sacrificios no te satisfacen;
si te ofreciera un holocausto, 
no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado:
un corazón quebrantado y humillado
 tú no lo desprecias.

Señor, por tu bondad, favorece a Sión,
reconstruye las murallas de Jerusalén:
entonces aceptarás los sacrificios rituales,
ofrendas y holocaustos,
sobre tu altar se inmolarán novillos.

Gloria al Padre…

Ant. 1: Lava del todo mi delito, 
Señor, limpia mi
pecado. Aleluya._

Ant. 2: Cristo, cargado con 
nuestros pecados,
subió al leño. Aleluya._

 Cántico - Jr 14, 17-21

Mis ojos se deshacen en lágrimas,
día y noche no cesan:
por la terrible desgracia 
de la doncella de mi pueblo,
una herida de fuertes dolores.

Salgo al campo: muertos a espada;
entro en la ciudad: desfallecidos de hambre;
tanto el profeta como el sacerdote
 vagan sin sentido por el país.

¿Por qué has rechazado del todo a Judá?
¿Tiene asco tu garganta de Sión?
¿Por qué nos has herido sin remedio?
Se espera la paz, y no hay bienestar,
al tiempo de la cura sucede la turbación.
  
Señor, reconocemos nuestra impiedad,
la culpa de nuestros padres,
porque pecamos contra ti.

No nos rechaces, por tu nombre,
no desprestigies tu trono glorioso;
recuerda y no rompas tu alianza con nosotros.

Gloria al Padre…

Ant. 2: Cristo, cargado con 
nuestros pecados,
subió al leño. Aleluya._

Ant. 3: Entrad en la presencia 
del Señor con
aclamaciones. Aleluya.

Salmo 99

Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con aclamaciones.

Sabed que el Señor es Dios:
que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño.

Entrad por sus puertas 
con acción de gracias,
por sus atrios con himnos,
dándole gracias y bendiciendo su nombre:

«El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades.»

Gloria al Padre…

Ant. 3: Entrad en la presencia del 
Señor conaclamaciones. 
Aleluya.

LECTURA BREVE - 2S 7, 28-29
Señor Dios, tú eres el Dios verdadero, tus palabras
son de fiar, y has hecho esta promesa a tu siervo.
Dígnate, pues, bendecir a la casa de tu siervo, para
que esté siempre en tu presencia; ya que tú, mi Señor,
lo has dicho, sea siempre bendita la casa de tu siervo.

RESPONSORIO BREVE
V. Lo nombró administrador de su casa. 
Aleluya,aleluya.
R. Lo nombró administrador de su casa. 
Aleluya,aleluya.

 V. Señor de todas sus posesiones.
R. Aleluya, aleluya.

 V. Gloria al Padre, y al Hijo, 
y al Espíritu Santo.
R. Lo nombró administrador de su casa. 
Aleluya,aleluya.

CÁNTICO EVANGÉLICO - Lc 1, 68-79
Antífona: En el fiel desempeño 
del oficio de carpintero, 
san José brilla como admirable
 ejemplo de trabajo. Aleluya.

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas.

Es la salvación que nos libra 
de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia 
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró 
a nuestro padre Abraham.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia 
de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

Gloria al Padre… Repite la antífona.

PRECES
Obispo: Acudamos suplicantes al Señor, 
el único que puede hacernos justos, 
y digámosle suplicantes: 
Con tu justicia, Señor, danos vida.

Se presentan las peticiones.

Obispo:  Porque somos miembros 
de la familia de
Dios, nos atrevemos a decir: 
Padre nuestro.

Oración
 Dios todopoderoso, 
creador del universo, 
que has impuesto la ley del trabajo 
a todos los hombres;
concédenos que, 
siguiendo el ejemplo de san José,
y bajo su protección, 
realicemos las obras que nos
encomiendas y consigamos 
los premios que nos prometes. 
Por nuestro Señor Jesucristo tu Hijo,
que vive y reina contigo 
en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios, por 
los siglos de los siglos. 
Amén