LAUDES Y ORACIONES

LAUDES

HIMNO

Palabra del Señor ya rubricada
es la vida del mártir, ofrecida
como prueba fiel de que la espada
no puede ya truncar la fe vivida.

Fuente de fe y de luz es su memoria,
coraje para el justo en la batalla
del bien, de la verdad, siempre victoria
que, en vida y muerte, el justo en Cristo halla.

Martirio es el dolor de cada día,
si en Cristo y con amor es aceptado,
fuego lento de amor que en la alegría
de servir al Señor es consumado.

Concédenos, oh Padre, sin medida,
y tú, Señor Jesús crucificado,
el fuego del Espíritu de vida
para vivir el don que nos has dado. Amén.


SALMODIA

Ant. 1:
 Aceptarás los sacrificios, ofrendas y holocaustos, sobre tu altar, Señor.

Salmo 50
CONFESIÓN DEL PECADOR ARREPENTIDO

Renovaos en la mente y en el espíritu y
vestíos de la nueva condición  humana.
(cf. Ef 4, 23-24)

Misericordia, Dios mío, por tu bondad;
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.

Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces.

En la sentencia tendrás razón
en el juicio brillará tu rectitud
Mira, que en la culpa nací,
pecador me concibió mi madre.

Te gusta un corazón sincero,
y en mi interior me inculcas sabiduría.
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;
lávame: quedaré más blanco que la nieve.

Hazme oír el gozo y la alegría,
que se alegren los huesos quebrantados.
Aparta de mi pecado tu vista,
borra en mí toda culpa.

¡Oh Dios!, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.

Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti.

Líbrame de la sangre, ¡oh Dios,
Dios, Salvador mío!,
y cantará mi lengua tu justicia.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.

Los sacrificios no te satisfacen;
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado:
un corazón quebrantado y humillado
tú no lo desprecias.

Señor, por tu bondad, favorece a Sión,
reconstruye las murallas de Jerusalén:
entonces aceptarás los sacrificios rituales,
ofrendas y holocaustos,
sobre tu altar se inmolarán novillos.

Ant. 1: Aceptarás los sacrificios, ofrendas y holocaustos, sobre tu altar, Señor.


Ant. 2: Con el Señor triunfará y se gloriará la estirpe de Israel.

Cántico    Is 45, 15-25
QUE LOS PUEBLOS TODOS SE CONVIERTAN AL SEÑOR

Al nombre de Jesús toda rodilla se
doble. (Flp 2, 10)

Es verdad: tú eres un Dios escondido,
el Dios de Israel, el Salvador.
Se avergüenzan y se sonrojan todos por igual,
se van avergonzados los fabricantes de ídolos;
mientras el Señor salva a Israel
con una salvación perpetua,
para que no se avergüencen ni se sonrojen
nunca jamás.

Así dice el Señor, creador del cielo
-él es Dios-,
él modeló la tierra,
la fabricó y la afianzó;
no la creó vacía,
sino que la formó habitable:
«Yo soy el Señor y no hay otro.»

No te hablé a escondidas,
en un país tenebroso,
no dije a la estirpe de Jacob:
«Buscadme en el vacío.»

Yo soy el Señor que pronuncia sentencia
y declara lo que es justo.
Reuníos, venid, acercaos juntos,
supervivientes de las naciones.
No discurren los que llevan su ídolo de madera,
y rezan a un dios que no puede salvar.

Declarad, aducid pruebas,
que deliberen juntos:
¿Quién anunció esto desde antiguo,
quién lo predijo desde entonces?
¿No fui yo, el Señor?
-No hay otro Dios fuera de mí-.

Yo soy un Dios justo y salvador,
y no hay ninguno más.
Volveos hacia mí para salvaros,
confines de la tierra,
pues yo soy Dios y no hay otro.

Yo juro por mi nombre,
de mi boca sale una sentencia,
una palabra irrevocable:
«Ante mí se doblará toda rodilla,
por mí jurará toda lengua»,
dirán: «Sólo el Señor
tiene la justicia y el poder.»

A él vendrán avergonzados
los que se enardecían contra él,
con el Señor triunfará y se gloriará
la estirpe de Israel.

Ant. 2: Con el Señor triunfará y se gloriará la estirpe de Israel.


Ant. 3: Entrad en la presencia del Señor con aclamaciones.

Salmo 99
ALEGRÍA DE LOS QUE ENTRAN EN EL TEMPLO

Los redimidos deben entonar un canto
de victoria. (S. Atanasio)

Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con aclamaciones.

Sabed que el Señor es Dios:
que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño.

Entrad por sus puertas con acción de gracias,
por sus atrios con himnos,
dándole gracias y bendiciendo su nombre

«El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades.»

Ant. 3: Entrad en la presencia del Señor con aclamaciones.


LECTURA BREVE     1Jn 5, 3-5

En esto consiste el amor a Dios: en que guardemos sus mandamientos. Y sus mandamientos no son pesados, pues todo el que ha nacido de Dios vence al mundo. Y ésta es la victoria que vence al mundo: nuestra fe; porque, ¿quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?


RESPONSORIO BREVE

V.
 La alegría eterna coronará a los santos. Aleluya, aleluya.
R. La alegría eterna coronará a los santos. Aleluya, aleluya.

V. Vivirán en el gozo y la exultación.
R. Aleluya, aleluya.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. La alegría eterna coronará a los santos. Aleluya, aleluya.


CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant.:
 Estad alegres y contentos, santos de Dios, pues vuestra recompensa es grande en el cielo. Aleluya.

Cántico de Zacarías     Lc 1, 68-79
EL MESÍAS Y SU PRECURSOR


Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas.

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

Ant.: Estad alegres y contentos, santos de Dios, pues vuestra recompensa es grande en el cielo. Aleluya.


PRECES

Celebremos, amados hermanos, a Jesús, el testigo fiel, y al recordar hoy a los santos mártires sacrificados a causa de la palabra de Dios, aclamémosle, diciendo:

      Nos has comprado, Señor, con tu sangre.

Por la intercesión de los santos mártires que entregaron libremente su vida como testimonio de la fe,
      concédenos, Señor, la verdadera libertad de espíritu.

Por la intercesión de los santos mártires que proclamaron la fe hasta derramar su sangre,
      concédenos, Señor, la integridad y la constancia de la fe.

Por la intercesión de los santos mártires que soportando la cruz siguieron tus pasos,
      concédenos, Señor, soportar con generosidad las contrariedades de la vida.

Por la intercesión de los santos mártires que blanquearon su manto en la sangre del Cordero,
      concédenos, Señor, vencer las obras del mundo y de la carne.

Se pueden añadir algunas intenciones libres.

Dirijamos ahora nuestra oración al Padre que está en los cielos, diciendo: Padre nuestro.


Oración

Señor, que la intercesión de tu mártir san Bonifacio nos ayude a mantener con firmeza y a proclamar con nuestras obras aquella misma fe que él predicó con su palabra y testimonió con su sangre. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.


CONCLUSIÓN

V.
 El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.


Señor, te damos gracias por estos 5 años de Adoración y te pedimos que redobles nuestro deseo de estar contigo.

Sagrado Corazón de Jesús eres todo Misericordia, nos amas, nos miras y nos esperas. Cuida y fortalece a nuestro grupo de adoradores

Te pedimos que multipliques las vocaciones sacerdotales, religiosas, de diáconos permanentes, y de laicos comprometidos.

Sagrado Corazón de Jesús, cuida y santifica a nuestros sacerdotes.

Rogamos por toda la humanidad para que nos liberes del mal de la pandemia y de los daños que ocasiona.

Protege a quienes tienen a su cargo la tarea de velar por la salud de sus hermanos.

María Santísima nos ofrece  un refugio espiritual de salvación: Su Inmaculado Corazón. Un hijo suyo arde en caridad, y  abraza, por donde pasa, con su celestial amor. Señor, haznos verdaderos hijos de María.

 Glorifiquemos a nuestro Dios: Gloria al padre, y al hijo y Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos Amén.

Intención del Papa para el mes de Junio: Recemos para que aquellos que sufren      encuentren caminos de vida, dejándose tocar por el Corazón  de Jesús.