MES DE LA PALABRA DE DIOS. INVITACIÓN DE LA COMISIÓN NACIONAL DE LA ANIMACIÓN BÍBLICA DE LA PASTORAL (CEU)


A nuestras comunidades

Es una alegría para la Comisión Nacional de la Animación Bíblica de la Pastoral (CEU), compartir y motivar la invitación de nuestros obispos a celebrar juntos en setiembre el “Mes de la Palabra de Dios”, que hasta ahora lo conocíamos como mes de la Biblia y animábamos desde hace muchos años en nuestro país.

Esta nueva denominación no es sólo un cambio terminológico, significa para nosotros mucho más, representa el proceso de consolidación de la Palabra de Dios en el centro de nuestra evangelización, de nuestra vida pastoral y espiritual; proceso que se ha trabajado durante muchos años de forma humilde y constante.

Este camino nace en el siglo XX y se plasma en el documento Dei Verbum al final del Concilio Vaticano IIallí el Espíritu Santo sopló en nuestros pastores para regalarnos una nueva propuesta.  Nos invita a abrir las puertas de nuestro corazón para encontramos no sólo con el libro sagrado de la Biblia (para leerlo, conocerlo, interpretarlo, compartirlo en comunidad), sino que nos conduce al encuentro con una persona, Jesucristo y su propuesta de vida. No somos un pueblo que sigue un libro, sino a una Persona revelada en la Palabra (Jn 1, 1) que nos acompaña y anima, que nos enamora desde la cotidianidad a vivir con alegría el llamado a ser discípulos misioneros (Aparecida 28-29) y anunciar su propuesta a nuestra sociedad y al mundo.

La Iglesia en sus comunidades cristianas, ha ido recorriendo un largo camino y en la actualidad la Animación Bíblica de la Pastoral está ayudando a consolidar este nuevo paradigma en torno a la Palabra de Dios.

Han sido eslabones importantes y significativos para esta tarea:

    1. El Documento de Aparecida (2007) en el cual los obispos Latinoamericanos y del Caribe, nos animan a la experiencia de un encuentro con Jesucristo vivo y expresan: “el acercamiento a la SSEE que no sea solo intelectual e instrumental, sino con un corazón hambriento de oír la Palabra del Señor” (DA 248; cf. Am 8, 11).
    2. El documento conclusivo surgido del Sínodo de la Palabra convocado por Benedicto XVI en el año 2008, la Exhortación Apostólica Postsinodal Verbum Domini (2010), nos recuerda: “Nunca hemos de olvidar que el fundamento de toda espiritualidad cristiana auténtica y viva es la Palabra de Dios anunciada, acogida, celebrada y meditada en la Iglesia” (VD121).

Ambos documentos han sido un valioso aporte para nuestros agentes pastorales y pequeñas comunidades parroquiales, quienes, a partir de la experiencia de la centralidad de la Palabra de Dios, la comparten con los hermanos a través de la reflexión, oración, celebración, y el servicio. Esta propuesta renueva nuestra identidad, como nos dice el Papa Francisco refiriéndose a las primeras comunidades: “El evangelio, donde deslumbra gloriosa la Cruz de Cristo, invita insistentemente a la alegría” (Evangelii Gaudium 5).

Para este año 2020, la Comisión Nacional de Animación Bíblica de la Pastoral ha elegido el siguiente lema: “La Palabra de Dios… que hace su obra en ustedes los que creen” (1 Tes 2, 13). Tenemos el deseo que este texto paulino sirva para iluminar y animar a los grupos de las diferentes pastorales y servicios de cada comunidad.  Va a ir acompañado de materiales, que, junto a la sabiduría y experiencia pastoral de cada agente, podrán instrumentarlo a la luz de la realidad que los rodea, donde el Señor actúa y busca el encuentro con su pueblo.

Con la colaboración de los delegados diocesanos de la ABP, hemos elaborado un afiche y un adhesivo con el logo del Mes de la Palabra de Dios, el cual recibirán en sus parroquias y capillas. También se han realizado cuatro Lectios Divinas con el evangelio de cada domingo de setiembre.

Para finalizar, les recuerdo que nuestros obispos teniendo presente la incorporación en el calendario litúrgico del Domingo de la Palabra de Dios por parte del Papa Francisco, nos invitan a celebrarlo el último domingo del mes de setiembre. Para esta instancia, cada comunidad urbana o rural, podrá prepararse teniendo presente su realidad y espiritualidad, expresando con signos sencillos y fraternos, esa centralidad de la Palabra de Dios en nuestra vida.

Con la alegría que nos genera la experiencia de Jesucristo Vivo en medio de nuestro pueblo sigamos haciéndolo presente en la familia, en el trabajo, en el estudio, en el barrio y en la comunidad.

¡Que la Palabra nos acompañe y fortalezca en el camino!

Marcelo Correa (Diác. Perm.)

Secretario Ejecutivo – CNABP (CEU)