NUESTRA SEÑORA DEL HUERTO. 2 DE JULIO


“Santísima Madre del Huerto, 
recíbenos en tu  presencia, 
protégenos con tu manto maternal, 
no nos rechaces. 
Venimos con un corazón arrepentido, 
buscando tu ayuda. 
Tú eres nuestra madre y nuestra intercesora. Necesitamos tu ayuda, misericordiosa Madre, 
para ofrecerte, en adelante, 
mucho amor y mucha gloria.  
Así sea.


En la primavera del año 1493, la ciudad de Chiávari, Italia, fue aquejada por una gravísima epidemia, que llenó de terror a todos sus habitantes, causando numerosas muertes. Una piadosa mujer, María, de la familia de los Quercio, llamada Turquina, acudió a La Madre de Dios y oró constantemente, iluminada por su fe y su solidaridad hacia sus hermanos, pidiéndole que alejara de su pueblo el terrible flagelo que lo azotaba y prometiéndole una señal de público reconocimiento si se le concedía la gracia.


Su esperanza no fue defraudada, y milagrosamente, la aterradora epidemia desapareció, y la buena mujer, en señal de gratitud a María Santísima, mandó pintar su sagrada Imagen en un muro que daba a la calle más concurrida de Chiávari, llamada “La calle de Los Huertos”. La pintura representa a la Virgen en el acto de estrechar en su seno con la mano izquierda al niño Jesús, que se toma de su cuello, mientras que con la mano derecha sostiene alzado el pequeño brazo del Niño, para bendecir a la ciudad y a cualquiera que tuviese la gracia de pasar delante de ella. En torno a la cabeza de La Virgen se leen las palabras del saludo angélico: “Ave gratia plena”, y más en alto, la frase bíblica: “Hortus Conclusus”.

Tiempo después, durante la noche anterior al 2 de Julio de 1610, un joven del pueblo, llamado Sebastián Descalzo, se encaminaba hacia Carrasco, recitando sus oraciones. Mientras se acercaba al Muro de los Huertos, vio sobre los mismos un gran resplandor, y en medio de la gran luz, una majestuosa figura de mujer, que avanzaba lentamente hacia la plaza, acompañada por dos antorchas sostenidas por ángeles invisibles. El joven tuvo miedo y se alejó en dirección al puerto, pero su gran curiosidad venció al miedo y se detuvo para ver hacia donde se dirigía la aparición, pensando que podría ser La Madre del Señor. Y observó asombrado que la majestuosa Señora se detenía frente a su Imagen, iluminándola completamente con un potente resplandor, y más tarde se elevó y desapareció perdiéndose en la cegadora luz.

El pueblo chiavarés se conmovió profundamente con aquel relato y fueron a ver el nicho donde se encontraba la Imagen, y observaron que la fisura que había amenazado, desde hacía muchos años, el derrumbe del nicho, a causa del deterioro del tiempo y la intemperie, había desaparecido misteriosamente, quedando nada más que una señal apenas visible, lo que constituyó un claro testimonio de que la sorprendente aparición que Descalzo había presenciado había sido real.

Años después, con el consentimiento del Vicario, el pueblo construyó una pequeña capilla para preservar la Imagen de cualquier peligro de derrumbe, que luego se convirtió en una Basílica. El 7 de marzo de 1643 la Virgen del Huerto fue declarada Patrona de la ciudad y el 8 de Septiembre de 1769 fue coronada solemnemente.

Hijas de María Santísima del Huerto
En 1829 San Antonio María Gianelli, obispo de Bobbio, se inspiró frente a la sagrada imagen para fundar la congregación de las Hijas de María Santísima del Huerto, con el fin de atender a las huérfanas de Chiávari, el venerable instituto que, desde Italia y España hasta Palestina y la India, pasando por América del Sur y las tierras del Congo, difundió por el mundo su sagrada devoción. Al primer país americano al que arribaron las Hnas del Huerto fue a Uruguay 1856.

“María no sabe abandonar jamás a sus seres queridos.nos proporcionará constancia en los sufrimientos. Firmeza en la fe. Vigor en la esperanza y en la caridad”




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